Las carnes conservadas

Es importante que la carne se congele envuelta en papel transparente o con papel aluminio.

Las carnes conservadas

La carne puede conservarse mediante cuatro sistemas diversos;

La congelación, que se obtiene por enfriamiento a temperaturas que van de 1 a 15 grados.

La supercongelación, que se produce por enfriamiento rápido a 40 grados.

La conservación en latas, esto es la introducción de la carne, realizada al vacío, en latas que son herméticamente cerradas y sometidas a una breve elevación de temperatura.

La fabricación de embutidos, que comprende los verdaderos y propios embutidos, tales como salchicha, salchichón, butifarras y las carnes saladas (jamón, lomo embuchado, etc.).

Propiedades

Las carnes congeladas y supercongeladas mantienen inalteradas las cualidades organolépticas de la carne fresca, más aún, todavía resultan más digeribles, jugosas y sabrosas.

La prevención que mucha gente tiene hacia la carne congelada es infundada y, dada la actual diferencia de precio que existe entre esta carne y la fresca, su empleo debe aconsejarse sin vacilaciones.

Las carnes supercongeladas frecuentemente están presentadas bajo forma de recetas prontas para el consumo, lo que las hace útiles para aquellas personas que, por tener otras ocupaciones, tienen poco tiempo que dedicar a la cocina.

Las carnes en lata tienen, poco más o menos, las mismas características organolépticas y nutritivas que las frescas, y su empleo, bajo el punto de vista dietético no presenta ninguna contraindicación.

Las carnes embutidas son ricas en proteínas, pero frecuentemente contienen una elevada cantidad de grasas.

Sólo el jamón, especialmente si es magro, goza del favor de los especialistas en dietética, incluso los más rigurosos.