Mirtilo o arándano
El mirtilo o arándano previenen enfermedades en las vías urinarias.
Historia
Catalogada por algunos como la planta más antigua de la tierra.
Desde tiempo inmemorial se conocen las virtudes astringentes del mirtilo aplicadas a la consolidación de los tejidos, la lucha contra la disentería y la reducción del flujo menstrual.
Cocina
Las bayas poseen un sabor delicioso y cuando están frescas pueden consumirse sin ninguna preparación en estado natural.
También se prestan para ser preparadas en jaleas y mermeladas.
Propiedades del arándano
Entre sus propiedades se encuentran las de combatir las diarreas (incluso las de origen tuberculoso resistentes a los tratamientos médicos), y las infecciones intestinales (gripe intestinal, fiebre tifoidea, disentería incluso amebiana, etc.).
Beneficios
El mirtilo da excelentes resultados en la curación de las enteritis con diarrea en los lactantes de menos edad.
Las experiencias de laboratorio han demostrado que la decocción de bayas de mirtilo esteriliza los cultivos de bacilos de Eberth (bacilos tíficos), de Gaertner (Bacillus enteritidis) y de Bacterium coli (colibacilo) en veinticuatro horas.
Los enfermos de hiperazotemia deben recurrir al consumo de estas bayas, porque debido a su contenido en ácido quínico contribuyen a retener las materias nitrogenadas.
Las bayas de mirtilo rebajan el índice de urea de la sangre y como no son ni irritantes ni tóxicas su ingestión no presenta riesgo alguno.
Remedios
En casos de diarreas rebeldes o disenterías, beber una taza cada 2 o 3 horas. Para casos más benignos bastan de 2 a 4 tazas diarias.
También se utilizan para la curación de determinadas afecciones de la garganta (faringitis granulosa, etc.)
Para curar las ulceraciones de la boca (aftas, etc.), mascar durante largo rato las bayas frescas o secas (remojadas) y escupirlas a continuación.
Para fines curativos, es conveniente tomarlas en ayunas o incluso en curas de tres o cuatro días sin ingerir ningún otro alimento.
Uso externo
Para el tratamiento externo del eccema y las ulceraciones (incluso gangrenosas) deben practicarse las unciones con el jugo del fruto fresco o una decocción muy concentrada de arándanos secos.