Uvas

Las uvas tienen propiedades depurativas.

Historia

La uva es originaria de Asia y ha sido considerada por todos los pueblos como la fruta más preciada, siendo incluida por los antiguos romanos y griegos en todos los banquetes de la nobleza.

Las primeras dinastías faraónicas y babilónicas ya la conocían y se atribuía su cultivo al dios Osiris egipcio y al dios Baco latino.

La Biblia también habla de ella, y nos dice que Noé la plantó siete años después del diluvio universal, pero que mezcló su raíz con sangre de león, cordero, cerdo y mono, con el fin de hacerla más sabrosa.

Cocina

La uva, el ajo, y la sal marina hacen un buen trío.

La combinación frotando previamente un trozo de de pan con un diente de ajo, añadiendo un poco de sal y una uva, es un bocado exquisito.

En la región francesa de Burdeos, donde no solo se aprecia el jugo fermentado de la uva sino también la uva misma, esta preparación tiene muchos adeptos.

En la actualidad se conocen casi seiscientas variedades de uvas diseminadas por todo el mundo, aunque la mayoría de ellas se utilizan para la elaboración del vino.

Composición

En su composición hay que destacar la presencia de sus azúcares, los cuales se asimilan directamente por el organismo y por tanto su aporte energético es inmediato, y por el hecho de estar compuesto de tres azúcares tiene un efecto energético a corto, medio y largo plazo.

También hay que destacar la presencia importante de los ácidos grasos no saturados presentes en la pepita, de la cual se extrae un aceite altamente interesante para la alimentación y la prevención de enfermedades degenerativas.

Su alto contenido en potasio equilibra los excesos alimentarios en sal de cocina y los ácidos presentes le confieren sus propiedades medicinales, aunque se encuentren en cantidades pequeñas.

El ácido glucorónico y fosfórico son dos componentes energéticos de primera magnitud.

Su transformación en vino hace que el zumo pierda todas sus propiedades primitivas y pase a convertirse en una bebida perjudicial, por más que en los vinos menos purificados se encuentren restos de hierro y algún componente más.

Propiedades de las uvas

Es un alimento muy fácil de digerir, debido a que su que es un almidón constitutivo de la sangre normal, no precisa ser digerido y representa el punto extremo de la elaboración de todos los alimentos hidrocarbonados.

Además, su acidez tiene como función facilitar su paso del estómago al intestino, porque es la acidez del bolo estomacal, la que incita la apertura y las contracciones peristálticas del píloro.

Por ser el azúcar de uva presente en la sangre, se produce en el organismo una acción evacuante del intestino, una acción diurética, una disminución del índice de acidez de la orina y el ácido úrico.

La uva es un extraordinario alcalinizante sanguíneo.

Nutrición

La uva es un alimento energético por su contenido en diferentes glúcidos, glucosa, levulosa, dulcita y manita, y reconstituyente por sus sales minerales: potasio, calcio, magnesio, fósforo (bajo diversas formas una mineral y las demás en combinaciones orgánicas), hierro, sodio manganeso, silicio y trazas de yodo arsénico.

En primer lugar, la uva hace recuperar la energía al sistema muscular y nutre el sistema nervioso, y, por otra parte, tiene propiedades depurativas y laxantes; se trata de una de las mejores frutas que se conocen.

Beneficios

Los siguientes elementos constitutivos de la uva hacen de ella un sobrealimento y un tónico incomparable, y más aún teniendo en ta la digestibilidad de la misma: pectina, mucilagos, ácidos orgánicos ( fórmico, cítrico, tártrico y málico); bitartrato de potasa (cremor tartaro), ácido fosforico, tanino, sales minerales, ya mencionadas y que se encuentran en estado de fosfatos, cloruros,bromuros y floruros, óxidos de hierro, yodo, arsénico (trazas), antranilato de metilo, vitaminas A, B esencias aromáticas y manganeso ( elemento oligodinámico del suero sanguíneo ).

Las personas propensas al estreñimiento deben esforzarse en tragar tanto la pulpa como la piel y las semillas porque gracias a los mucilagos de estma masa, la uva ejerce una acción semejante a la de las semillas del ino y la zaragatona.

Pero, hay que tener cuidado, cuando haga una cura importante, tome una gran parte de la cantidad total de uva en forma de zumo, con el fin de evitar otra forma de estreñimiento por astringencia ocasionada por el exceso de tanino.

La piel y las semillas son también eliminadas por los enfermos de dispepsia con secreciones hiperácidas, en los que pueden llegar a excitar en exceso los fenómenos excretores.

En todo caso, hay que tener en cuenta que en la cara interna de la piel existen determinadas diastasas que contribuyen a la digestión de a celulosa, hecho este que favorece la asimilación de la fruta.

Es de recalcar que la piel y las semillas ejercen una interesante acción excito-motriz sobre la mucosa intestinal, debido a su contenido en celulosa.

Vino

Una vez fermentado, el zumo da lugar a lo que se denomina vino, del cual se han dicho cosas buenas y otras muy malas, pero que está tan arraigado en nuestra población que sería dificil lograr que la gente no lo consuma.

A su contenido en alcohol hay que añadir la presencia de conservantes, saborizantes y colorantes, entre los que están la goma arábiga, gelatina, sulfato de potasa, ácido cítrico, caseína, cola de pescado y carbón.

Zumo de uva

El zumo de uvas da lugar también al mosto, quizá un intermedio válido entre el vino y la uva, el cual se produce hirviendo el zumo para matar ciertas levaduras que darían lugar a su fermentación alcohólica durante treinta minutos y dejándolo enfriar totalmente sin destapar el recipiente, ya que la presencia de oxígeno lo haría fermentar y la botella podría explotar.

El mosto comercializado contiene una cantidad considerable de ácido salicílico para conservarlo, por lo que se puede consumir con precaución.

Propiedades medicinales

Artritis, merced a su efecto alcalinizante.

Asma: quizá por su contenido en azufre, calcio y ciertos aminoácidos.

Afonía: realizar gargarismos con una mezcla de zumo de uva y limón en agua templada.

Anemia: hay que llegar a beber hasta dos litros de zumo diarios, empezando por cien gramos en el desayuno.

Anorexia: sus ácidos restauran la composición del estómago y es mejor tomar el zumo en ayunas o antes de comer.

Dermatosis: se puede aplicar el zumo de uva directamente en la piel, la cual se volverá tersa y suave, o hervir los sarmientos y lavarse con el agua resultante.

Otras aplicaciones igualmente importantes, son: estreñimiento, crisis histéricas, incontinencia de orina, gota, hemorroides, hepatopatías, cálculos renales, oligomenorreas, menopausia y tos rebelde o vómitos.

Remedios

Las principales indicaciones de la cura de uvas son dispepsias, estreñimiento, hemorroides, litiasis hepáticas y úrica, gota, intoxicaciones crónicas mercuriales y saturninas, determinadas dermatosis artríticas y determinadas formas de tuberculosis pulmonar.

La pobreza de la uva representa en sí una ventaja, ya que permite que puedan llevarse a cabo importantes curas de esta fruta sin riesgo de acumulación de sustancias nitrogenadas de deshecho (en especial ácido úrico).

También es pobre la uva en cloruro de sodio y tiene por tanto gran valor en las curas de descloruración.

Su agua lava los riñones afectados por nefritis.

Al aumentar el volumen de orina, facilita la eliminación de las toxinas del organismo y contribuye a disminuir el acidez de la orina.

Debe recurrirse a esta fruta cuando sobrevengan síntomas de retención de materias nitrogenadas, uremina y crisis cardiorenales con edemas.

Y ya que hacemos mención del corazón, que el de uva, por ser glucosa pura, es el mismo elemento del músculo cardíaco.

Contribuye pues esta fruta a la desaparición de los causados por la hipertensión arterial.

Hay igualmente sales de potasio de la uva en una acción digna de tener en cuenta.

La uva actúa con eficacia sobre todo los órganos de la digestión, aunque solo sea por su aporte de vitamina B, cuya carencia acarrea el desequilibrio del metabolismo, la disminución del apetito y los trastornos digestivos, acompañados a veces del vómito.

Por la acción de sus carbonatos alcalinos favorece la secreción del jugo gástrico y también del jugo pancrático indispensable para la marcha de la importantísima segunda parte de la digestión duodenal.

Como fomenta la hipersecreción biliar la función hepática, contribuye también a facilitar las funciones expulsar las deposiciones y a reducir las fermentaciones intestinales.

Deben recurrir por tanto al consumo de esta fruta los tuberculosos, y los enfermos de  desmineralización y de cualquier deficiencia de la nutrición, ya que con ella no deben temer riesgos de sobrecarga o acidificación de los humores.

Conviene comerla principalmente en sustitución del desayuno habitual.

Curas

Las curas de uvas suelen tener una duración de tres semanas.

Al principio sólo debe tomarse un kilo de fruta al día (por la mañana en ayunas y al comienzo de las dos comidas principales), para llegar a los dos o tres kilos en la segunda semana, en el curso de la cual convendrá prever dos o tres días de dieta de fruta (sin más alimento que la uva).

En la última semana debe disminuirse gradualmente la intensidad de la cura que ha de terminar a un ritmo de un kilo diario aproximadamente.

Todos los tipos de uva son aptos para la cura, y si bien hay algunos que tienen sus propiedades especificas, no es posible determinar éstas a priori, ya que son atribuibles a la estación, la temperatura, los abonos empleados, etc.

Se recomienda no mezclar calidades en un mismo día y cambiarlas de un día para otro si ello fuera factible.

La uva más azucarada es la más nutritiva, y la ligeramente ácida la más desengrasante.

En todos los casos deben lavarse muy bien los racimos al grifo para eliminar los restos de los productos que, desafortunadamente, siguen para tratar los viñedos.

Para terminar añada la fórmula de una pomada suavizante a base del zumo de esta fruta, mezcle íntimamente 50 gramos de zumo de uvas, 100 g. de aceite de almendras y 50 g. de cera virgen.