Fresas

Las fresas son frutos refrescantes, carnosos y ricos en vitamina C.

Cocina

La fresa, es uno de los frutos más apreciados en la buena mesa, dando categoría a una buena comida, como lo demuestra el hecho de que numerosos reyes y emperadores la incluían en sus banquetes de manera obligada.

La diferencia con el fresón está en la mayor cantidad de agua que éste contiene, aunque el sabor quizá sea algo más
intenso en la fresa común.

Propiedades de las fresas

El análisis de la fresa pone al descubierto sus preciosas sales minerales, junto con una sustancia que provoca la reacción del ácido etil-metil-salicílico.

La medicina combate el reumatismo con productos salicílicos, los cuales, por ser de naturaleza química, comportan peligros tanto para el hígado como para la sangre.

Por el contrario, las mismas sustancias elaboradas por la naturaleza existen en estado vivo en los vegetales y actúan con una mayor eficacia sin comportar riesgos.

Los enfermos de reumatismo deben confiar a la fresa el remedio de sus molestias habituales.

Beneficios

La fresa disminuye el contenido en ácido úrico de la orina.

Asimismo alcaliniza la sangre, reforzando los mecanismos de inmunidad natural y autodefensa.

Para obtener los efectos descritos, se aconseja comerla regularmente durante la temporada y, a ser posible, por la mañana en ayunas.

El organismo puede tolerar hasta medio kilo diario.

Nutrición

Al igual que la mayoría de las frutas es muy rica en azúcar (6,5 por 100), en hidratos de carbono (8,5 por 100), en fibra (1,3 por 100) y pobre en grasas (0,3 por 100).

Además del azúcar, las sales minerales están presentes en buena cantidad, destacándose el hierro, el fosforo, el
calcio (29 mg.) y en menor proporción el sodio, magnesio, azufre, sílice, potasio, bromo y yodo.

Por su contenido en sales minerales es extremadamente útil para combatir diversas enfermedades, entre las que tuberculosis y todos los procesos de desmineralización.

De hecho contiene hierro, cal, fósforo, silicio (elemento anticanceroso), yodo (indispensable para la formación de la de la glándula tiroidea (vecino habitual del yodo en los tejidos).

Su abundante azúcar es levulosa pura, lo que la hace especialmente recomendable para los diabéticos.

La fresa ejerce también una acción benefactora sobre las funciones hepáticas y los sistemas glandular y nervioso.

Su azúcar dificulta la proliferación de los gérmenes y, en especial, del bacilo de Eberth (fiebre tifoidea).

Vitaminas

Referente a las vitaminas, nos encontramos con una cantidad alta de vitamina C (70 mg.), algunas del grupo B, así como la E y la K, esta última de buenos efectos antihemorrágicos.

Remedios

Sus efectos curativos le atribuyen propiedades para alargar la vida, depurar la sangre y como revitalizador general,
a la vez que contribuye a mantener la lozanía y tersura del cutis (elimina las arrugas), así como el facilitar la diuresis.

Otros efectos a tener en cuenta serían la curación del reuma, ya que es rica en ácido salícico, la de ser laxante y la de abrir el apetito si la utilizamos como aperitivo.

También se la utiliza para mejorar a los tuberculosos, los anémicos, para combatir los resfriados y catarros, así como para descongestionar el hígado.

Solamente deben tomarla con precaución las personas propensas a las alergias y las que padecen de dispepsias o gases con frecuencia.

Se puede dedicar un día entero a la semana a una cura de fresas, sin ingerir ningún otro alimento.

Durante una cura a base de fresas, es conveniente no añadir a la fruta ni azúcar ni nata, y lavarla muy rápidamente bajo el grifo, a menos que provenga del huerto familiar, en cuyo caso puede degustarse sin ninguna formalidad.

Las hojas del fresal se emplean en infusión para combatir la diarrea, y la inflamación del hígado, los riñones o la vesícula.

La decocción (durante 5 minutos) de las raíces es recomendable en casos de cistitis e inflamaciones de las vías urinarias.