Ensaladas de verduras firmes

Emplear verduras de raíz y otras de texturas firmes y duras, forman combinaciones sabrosas y diferentes, a la vez que excitan el paladar y alegran la vista.

Una buena ensalada, mezcla de sabores y consistencias diferentes que hagan buen contraste, hecha con imaginación y acompañada con un aliño oportuno, resulta deliciosa de mirar y comer, y ofrece la ventaja de salir muy barata y prepararse en un abrir y cerrar de ojos.

Una buena ensalada es un plato de primera clase, y no como algunos creen, un simple acompañamiento para alegrar las sobras del día anterior.

Se puede servir ensalada como plato inicial de una comida, acompañamiento del plato fuerte, o parte integrante del mismo.

En algunos países de Europa se tiene la saludable costumbre de tomar ensalada con queso en el mismo plato, con tenedor y cuchillo.

Se trata de un sabroso hábito porque aporta a los platos fuertes los elementos que les faltan como las verduras frescas y lácteos.

A los quesos duros les va mejor una ensalada verde, mientras que las verduras de raíz contrastan perfectamente con los quesos suaves y cremosos.

Las ensaladas mixtas, bien presentadas, resultan decorativas, frescas y apetitosas.

Un aperitivo perfecto para impresionar a invitados y lograr que la cena tenga un buen arranque sería añadir a una ensalada verde trozos de pollo cocido, pescado desmenuzado, huevos duros o nueces picadas, queso, jamón york o arroz cocido frío, para convertirla en un plato muy suficiente.

Además, este es un modo estupendo de aprovechar pequeñas cantidades de sobras.

En una mesa con una pieza de carne asada cortada en trozos, se pueden distribuir pequeños cuencos, cada uno con un tipo de verdura diferente, aderezada con el aliño adecuado.

Los invitados se sirven lo que prefieran, incluso es posible sacar varias ensaladas mixtas y un plato de sardinas, anchoas o gambas recién peladas, que hacen la mesa muy vistosa y resultan un aperitivo ideal.

Elegir buenas verduras

Hay que tener en cuenta que la calidad no se mide por el tamaño.

Las verduras frescas, sobre todo las de hoja, se marchitan muy fácilmente, por lo que conviene comprarlas en pequeña cantidad y preferir siempre las propias de la estación, para estar bien seguros de su frescura y economizar en el presupuesto.

Una verdura grande no es necesariamente la mejor, de hecho, las grandes tienden a ser más ásperas y de sabor menos delicado, sobre todo en el caso de los calabacines, remolachas, rábanos, guisantes y judías, que deben ser especialmente tiernos para las ensaladas.

En general, se debe evitar comprar verduras blandas, marchitas, manchadas, golpeadas, con la piel arrugada o rota.

Mejor si tienen la carne firme, la piel brillante y las hojas tiesas.

Casi todas las verduras de raíz se conservan bien en una cesta abierta o rejilla ventilada, sin lavar ni limpiar, dentro de una despensa fresca.

Las verduras blandas son más delicadas, por lo que deben envolverse cuidadosamente para que no se golpeen.

Verduras

Brotes de soja

Ingrediente caprichoso puesto de moda por la cocina oriental.

Puede encontrarse envasado en buenos supermercados o tiendas chinas.

Remolacha

Las remolachas crudas se pueden guardar en una despensa fresca hasta 4 días, o en el compartimiento de verduras del frigorífico durante 1 semana.

No se envuelven nunca en plástico porque no podrían respirar y les saldría moho.

Se toman siempre cocidas.

Zanahorias

Se guardan sueltas sin lavar ni envolver en la despensa hasta 1 semana.

En la nevera duran algo más.

En las ensaladas pueden tomarse crudas y ralladas o cocidas y cortadas a ruedas.

Coliflor

Se guarda entera, sin lavar, con todas las hojas y tallo en un recipiente hermético, dentro de una despensa oscura y fresca o en el compartimiento de verduras del frigorífico.

Solamente se conserva 48 horas.

Apio

Para su conservación, la oscuridad es esencial.

Si está lavado, bien seco y envuelto, se conserva de 2 a 3 días en el compartimiento de verduras del frigorífico.

El mazo entero y sin lavar, también envuelto se conserva durante 5 días en el frigorífico o la despensa.

En ensalada puede tomarse crudo, cortado fino a pequeñas cantidades.

Pepinos

Se guardan enteros, bien envueltos en papel de luminio, en el compartimiento de verduras del frigorífico durante 5 días.

Calabacines

Envueltos en papel de aluminio o guardados en cajas de plástico, se conservan hasta cinco días en la despensa o el frigorífico.

Champiñones

Hay que evitar que pierdan su humedad.

Si se meten en un recipiente hermético, se pueden guardar bien en el frigorífico durante tres días.

Mejor tomarlos cocidos, aunque hay quien los come crudos en ensalada.

Cebollas

Durante varias semanas pueden guardarse sueltas en una cesta o rejilla dentro de la despensa.

La cebolla cortada se debe envolver siempre en plástico, guardándola en el compartimento de verduras, donde se conserva unos cuantos días.

Las cebolletas sin lavar duran 3 ó 4 días.

En ensalada se toman crudas.

Pimientos

Se pueden guardar en el compartimiento de verduras del frigorífico hasta 1 semana, dentro de una bolsa de plástico, sin apretarlos entre sí.

En ensalada pueden tomarse crudos, a pequeñas dosis y también cocidos (los rojos) con salsa vinagreta.

Puerros

Usar sólo la parte blanca, que incluso en las ensaladas ha de estar siempre cocida.

Crudos se conservan dos o tres días en el compartimiento de verduras del frigorífico.

Tomates

Los que estén un poco verdes se guardan sueltos en el compartimiento de verduras, evitando que se toquen entre sí.

Comerlos a los 3 ó 4 días cuando estén maduros, pero firmes.

En ensalada se toman siempre crudos.

Aguacates

En términos estrictos, el aguacate no es una verdura, sino una fruta que ahora está muy de moda para hacer platos salados, y es fácil de encontrar.

Se deja madurar en la alacena o despensa y aguanta en el frigorífico hasta cuatro días.

Si se utiliza solamente la mitad de un aguacate, la otra mitad se guarda con el hueso, salpicando la superficie con un poco de limón para que no se oscurezca y envolviéndolo en plástico.

De este modo se conserva hasta 24 horas.

Ideas para ensaladas

Las ensaladas de una sola verdura pueden ser deliciosas, pero la mezcla de consistencias, colores y sabores también resulta muy apetitosa.

Es divertido y estimulante inventarse uno mismo distintas combinaciones, teniendo cuidado de que los ingredientes se complementen, porque si no, puede resultar un revuelto sin sentido.

Como regla general, es mejor poner el aliño a las ensaladas justo antes de servirlas.

Esto tiene una importancia vital tratándose de tomates y pepinos, que se ponen acuosos y blandos en seguida.

Las verduras más duras, como guisantes, judías, coliflor, apio, hinojo y champiñones mejoran aliñándolas con cierta anticipación, porque se maceran y sueltan mejor el sabor.

Para una ensalada grande de seis personas hacen falta aproximadamente 150 ml. de aliño.

La coliflor cocida es una base excelente para hacer ensaladas.

Se mezclan las flores cocidas y frías con un poco de zanahoria cocida también, completando con salsa vinagreta.

También pueden agregarse manzanas reinetas cortadas en rebanadas finas, en compañía de una mayonesa suave.

Remolacha y gambas, sobre un lecho de hojas de lechuga, cubiertas con salsa marisquera ofrecen una buena combinación.

Una ensalada ideal para anémicos es la remolacha y zanahorias cocidas cortadas en ruedas y aliñadas con salsa vinagreta o limón.

La ensalada griega es un excelente primer plato para una comida de verano.

Se mezclan tiras de pimiento rojo, rebanadas de tomate, aceitunas negras y anillos de cebolla.

Se aliña con una vinagreta fuerte con ajo picado y se remata con queso blando (tipo Burgos) cortado en dados.

Una ensalada normal y corriente gana en sabor si se frota el cuenco que va a contenerla con un ajo partido, que luego se retira.

Para hacer un primer plato lucido para una cena, se combinan aguacates y melones en bolitas, con gambas peladas o trocitos de pollo cocido, luego se revuelve todo con un poco de zumo de limón recién exprimido y se cubre con nata líquida fría.

Servir melón en bolitas, dentro de copas anchas, acompañado de trocitos de jamón serrano es una entrada perfecta para las cenas de verano.

Otra gran combinación es vaciar medio aguacate y cortar su pulpa en dados o bolitas, mezclarlos con otros tantos de pollo frío o gambas, sazonar con mayonesa, colocar dentro del medio aguacate y servir frío.

Patatas cocidas, cortadas a cuadritos, mezcladas a partes iguales con salchichas troceadas, para luego sazonar con vinagreta muy suave, cebolla dulce picada, sal y un poco de pimienta.

Las mismas patatas frías, alternadas con un poco de cebolla y huevo duro, muy picados, rociadas de mayonesa líquida y salpicadas con perejil son una buena combinación.