Almendras

La almendra es un medicamento natural extremadamente eficaz y versátil.

Historia

La almendra es apreciada desde tiempo inmemorial, tanto en la mesa como en farmacia.

Los médicos árabes la prescribían para suavizar la garganta, calmar el ardor de las vías urinarias, fortalecer el estómago y el pecho y limpiar y curar los intestinos.

La almendra figura entre los cuatro únicos frutos que aceptaban como limosna algunas de las órdenes mendicantes, los higos, avellanas, uvas pasas y la almendra, con lo cual demostraban estar bien informados, ya que difícilmente puede conseguirse de estos principios nutritivos en tan reducida variedad de alimentos.

Consumo

Aunque existen dos variedades, la dulce y la amarga, solamente se recomienda la dulce, ya que la amarga puede dar lugar a fenómenos tóxicos si es mal utilizada.

Ideal para climas fríos por su riqueza en grasas instauradas, es útil también para llevarla en largas excursiones y acampadas, ya que se conserva perfectamente, es nutritiva y no suele dar problemas estomacales.

Si la mezclamos con zumo de naranja, obtendremos también un alimento más completo que la leche.

Una bebida muy popular es la horchata, la cual se extrae de la almendra puesta previamente en remojo y triturada, a la que se le puede añadir un poco de miel para endulzarla.

Esta bebida puede tomarla toda clase de personas, incluidos lactantes y ancianos, ya que es un estupendo y completo alimento que nos refresca en verano, proporciona calorías para los días fríos y combate la aparición del estrés.

La leche de almendras está especialmente indicada en estómagos delicados, hepatopatías y diabetes.

Propiedades de la almendra

La almendra es rica en vitaminas A, azúcares, sales, grasas, goma, aceite y albuminas, y contiene un inestimable fermento diastásico como la emulsina.

Encierra también cal y una importante cantidad de fósforo que justifica su acción tónica sobre el cerebro y sistema nervioso.

Beneficios

La almendra seca es extraordinariamente nutritiva y de enorme importancia para la calcificación, lo que la hace recomendable en especial para la futura madre y su hijo.

La dosis diaria debe oscilar entre seis y veinte almendras, tomadas solas o con higos o miel.

Además provoca el agrandamiento del cerebro, de la médula y favorece la preñez, y se muestran muy indicadas las almendras amargas al final de las comidas, ya que impiden que los vapores se suban a la cabeza, confortan la vista, abren las opilaciones del costado, limpian las superfluidades de las entrañas y aumentan la sustancia del cerebro, nutren bien y hacen dormir y abren los conductos de la orina.

Nutrición

Es muy rica en proteínas, conteniendo también gran cantidad de fósforo y sales minerales, fortalecedoras de los huesos y el sistema nervioso.

Su gran valor nutritivo las puede hacer indigestas si se comen en exceso, no siendo recomendable por tanto tomar más de quince diarias ni mezclarlas con carne, ya que aumentaría su enorme cantidad de proteínas consumidas.

Cuando así lo deseemos, no hay problema en sustituir la carne o el pescado por una cantidad equivalente de almendras, en la seguridad de que tendremos nuestra ración de proteínas correcta.

La almendra no solo aporta al organismo su propio valor nutritivo, sino que facilita también la captación de los alimentos que con ella se ingieren.

Remedios

Localmente se utiliza su aceite, el cual es útil para desmaquillar, regenerar la piel reseca por el sol, combatir la quemaduras, curar ciertos tipos de eccemas y, bebido, para combatir el estreñimiento.

De la almendra dulce se extrae un aceite que constituye un excelente purgante suave ingerido en ayunas en dosis de 60 g para adultos, o en cantidad proporcional para niños según edad.

Reducir las dosis a la mitad si sólo se desea un efecto laxante.

También se emplea este aceite para combatir las irritaciones y las obstrucciones de los bronquios.

Se recomienda además como suavizante y para favorecer la eliminación de los cálculos de la vejiga.

Uso externo

En uso externo, el aceite de almendras dulces es también inestimable.

Simultáneamente a su empleo interno para combatir las afecciones intestinales, conviene friccionar con él el bajo vientre dos veces al día.

Son bien conocidas también sus propiedades curativas y calmantes de la desazón en casos de eccemas, pero pocas personas saben de sus posibilidades para calmar los dolores de oídos y flexibilizar los tímpanos.

Para este empleo, échese el contenido de media cucharadita de café en el oido afectado antes de acostarse.

El aceite de almendras combate las inflamaciones de la piel debidas principalmente a quemaduras, erisipela, forúnculos, etc,  y previene des desescamación subsiguientes a la escarlatina.

Para mejorar las manos agrietadas, mezclar a partes iguales con manteca de cacao y fundir la pasta al baño maría antes de su apliación.

Mezclado con un huevo bien batido constituye un calmante muy eficaz de los dolores ocasionados por hemorroides inflamadas.