Agua natural

Nuestro cuerpo contiene hasta un 75 % de su peso en agua.

Consumo

Diariamente nuestro organismo necesita eliminar las sustancias de desecho, sea invierno o verano, y es posible que en momentos de mucho frío o en ambientes húmedos no aparezca la sensación de sed y creamos que no es necesario el agua.

Por ese motivo la cantidad mínima de agua que habría que beber, independientemente de los alimentos que comamos, debiera ser de un litro, aunque as recomendaciones actuales llegan a los dos litros diarios en circunstancias normales.

Por supuesto, en verano y en ambientes calurosos o cuando hagamos deporte se impone e beber hasta cinco litros al día.

Una práctica altamente peligrosa es tomar sauna después de realizar ejercicio, ya que a las pérdidas de líquido y sales minerales del esfuerzo habría que sumar después la eliminación forzada mediante la sauna, lo que provocaría sin lugar a dudas una deshidratación, que aunque momentánea puede dar lugar a problemas serios entre los que no faltarían la cristalización de los residuos sueltos y su depósito en articulaciones, tejidos o riñones, cuyas consecuencias serían cálculos renales, artritis, etc.

Propiedades

Nuestro cuerpo contiene hasta un 75 % de su peso en agua y su función principal es mantener en suspensión los enzimas y demás sustancias orgánicas de las células.

Cualquier reacción metabólica se desarrolla en presencia de agua, en la cual se encuentran suspendidos los orgánulos subcelulares, entre ellos las mitocondrias, los ribosomas y el núcleo.

Al ser componente esencial de la sangre, el agua transporta todos los nutrientes básicos desde el intestino hasta cualquier lugar del organismo, así como el oxígeno combinado con la hemoglobina.

Los productos de desecho producidos por el metabolismo son transportados por el agua, pasando primeramente por el hígado para ser de nuevo neutralizados y terminando en los riñones para ser evacuados al exterior.

Solamente algunos componentes, como es el caso de las proteínas sanguíneas y los enzimas, vuelven a ser recuperados siempre y cuando no exista un exceso de ellos, como puede ser una abundancia de vitaminas, minerales o glucosa.

Este reciclaje de sustancias útiles es muy perfecto aunque para ello es necesaria la presencia adecuada de agua y una buena función renal.

Nutrición

Afortunadamente para aquellas personas que no les agrada el agua, la casi totalidad de los elementos nutrientes contienen agua y así, por poner un ejemplo, la carne contiene un 60 por 100 de agua, el pan un 30 por 100 y las frutas un 90 por 100. La leche un 87 por 100 y el queso un 40 por 100.

En el lado opuesto, las almendras solamente contienen un 5 por 100, y el aceite de oliva prácticamente nada.

Otra manera de obtener agua es a través del metabolismo, ya que tanto los hidratos de carbono como las proteínas se oxidan y producen dióxido de carbono y agua, eliminándose ambos por la respiración.

Este principio es el que permite al dromedario vivir largos días sin agua en un ambiente seco, ya que en su joroba almacena mucha grasa, la cual al oxidarse produce agua.

Nuestro organismo suele avisarnos mediante la sed de su carencia en agua, por más que este aviso a veces no aparezca y no sea suficiente fiarse de él.

Temperatura

El agua es nuestro regulador perpetuo de la temperatura y sin ella la producción de calor a causa de la combustión de los alimentos nos abrasaría en pocos minutos.

Por este motivo hay que tener mucha precaución en dar alimentos pobres en agua a aquellas personas debilitadas o desnutridas y mucho menos a las que tienen fiebre, ya que las concentraciones de elementos sólidos en el organismo aumentarían grandemente con el peligro de su vida.

Cuando una persona come poco, al menos que no le falte el agua, así estará asegurando su mecanismo de termoregulación y su temperatura será estable.

La transpiración es un mecanismo autónomo mediante el cual eliminamos agua continuamente y así contribuimos a depurar el organismo a través de la piel.

Cuando es tan abundante que la percibimos pasa a llamarse sudoración, que es un fenómeno a estimular y mantener, nunca a eliminar.

Si a causa de problemas internos la sudoración es mu abundante (habría que averiguar la causa), deberemos administrar más agua pero rica en sales minerales, con el fin de que se fije en el plasma y no sea eliminada con tanta rapidez que ponga en peligro la vida.

Dietas

La obsesión por perder peso es tal que numerosas personas suprimen el agua en un intento de quitarse esos kilos que le sobran y para ello recurren no solamente a dejar de beberla en las comidas, sino a tomar diuréticos para eliminarla, saunas para sudar a chorros, fajas antitranspirantes para quitarse celulitis y mil tonterías más.

El daño tan tremendo que estas modas están causando a la población no ha sido justamente valorado por los médicos, los cuales siguen diciendo que el agua en las comidas no es recomendable porque disuelve los ácidos de la digestión y que no es malo si la sustituimos por vino o leche.

Es difícil entender por qué un médico llega a decir cosas así, ya que cualquiera que sepa la composición de los jugos gástricos (bilis, ácido clorhídrico, enzimas, etc.) se dará cuenta de que el agua no disuelve nada y que su presencia es imprescindible para asegurar un bolo alimenticio suficiente, así como para lograr que se realice el tránsito intestinal de manera adecuada.

Celulitis

Otro tanto habría que decir de la celulitis, la cual según las gentes dicen que está producida por agua estancada, cuando en realidad es más un trastorno circulatorio-hormonal que otra cosa.

Las mujeres que padecen este problema suprimen por su cuenta la ración de agua, llegando a pasar auténtica sed en la creencia de que así su celulitis desaparecerá, conclusión totalmente errónea y que un simple espejo le sacará de dudas.

Su celulitis no está influenciada por la cantidad de agua que beba y, por el contrario, bebiendo suficiente agua es posible que le llegue a desaparecer.

Tampoco hay que llegar al extremo contrario y beber agua a todas horas, ya que el exceso puede ser perjudicial al quedar las sales minerales excesivamente disueltas sin posibilidad de poderse fijar en el plasma.

Este caso es muy frecuente en aquellas personas que beben agua durante la práctica de un deporte, ya que la sudoración excesiva ha eliminado un porcentaje muy alto de las sales minerales (especialmente sodio, potasio y calcio) y la ingestión de agua sola acrecienta este desequilibrio, la cual al no poder se utilizar adecuadamente se elimina en cuestión de minutos, lo que da lugar a unas bruscas bajadas de tensión y pérdida de la capacidad contráctil de los músculos, incluido el corazón.

Cuando necesitemos, por tanto, beber agua y continuar el ejercicio hay que tomar una pequeña cantidad adicional de cloruro sódico y mejor aún con potasio.

Administración

Un error generalizado en cuanto a la administración de agua son los sueros sistemáticos que se ponen a todos los enfermos que llegan a un hospital.

A este líquido no se puede considerar agua, ya que solamente contiene cloruro sódico, sin ninguna de las otras sales que contiene el agua pura y que darían el equilibrio necesario.

La extraordinaria sed que siente el enfermo es una consecuencia del exceso de cloruro sódico y de lo forzados que se ven los riñones para tratar de eliminarla, lo que apenas consigue, ya que falta el ion potasio.

Si a esto añadimos el que normalmente estos enfermos suelen tener la función renal deprimida a causa de su enfermedad, no nos extrañamos que su diuresis no se realice y haya que forzarla con diuréticos, medida innecesaria si se administrase agua rica en todas las sales minerales.

La falta de agua en nuestro organismo es algo patente en la mayoría de las personas, lo cual no nos extraña dada la gran cantidad de refranes que existen hablando mal de ella, recomendándola para lavarse.

Así como la mayoría de las enfermedades degenerativas están producidas por una dieta errónea, la carencia de agua acrecienta estos problemas, ya que es el único medio de que dispone nuestro organismo para eliminar tanta cantidad de tóxicos.

Las proteínas necesitan diluirse en agua para poderse metabolizar y los hidratos de carbono producen gran cantidad de calorías que por fuerza deben ser enfriadas después con agua.

Por tanto, la piel deshidratada es una consecuencia directa de la falta de agua y ninguna crema grasa ni hidratante puede corregir lo que es solamente una deshidratación.

Si nuestro deseo es mantener la piel tersa hay que beber más agua, no hay otro remedio más eficaz y sencillo ni barato.

Necesidades

Para saber si bebemos el agua necesaria no hay más que fijarnos en la cantidad de orina que expulsamos, la cual nunca debiera ser inferior a un litro diario.

Lo saludable serían dos litros, pero esto solamente lo logran aquellas personas que siguen un régimen vegetariano bien llevado.

Mediante los alimentos ingerimos por término medio 1,400 litros y en las bebidas quizá un litro.

Si tenemos en cuenta que la cantidad a eliminar correcta serían 1,500 litros por orina, 0,150 por las heces, 0,450 por la transpiración y 0,300 por la respiración, nos daremos cuenta de la facilidad con que podemos tener carencia de agua.

Perdidas

Las pérdidas de agua pueden aumentar cuando el ambiente es muy seco, cuando estamos a gran altura sobre el nivel del mar, o en tiempo tan fríoque incluso el vapor atmosférico se ha congelado.

En esas circunstancias nuestro organismo se ve forzado a eliminar aire caliente y húmedo, lo que dará con seguridad la sensación de sed, por más que el ambiente exterior nos haga creer lo contrario.

Otra manera de eliminar agua es mediante el consumo de productos o bebidas que estimulen la función renal, entre las cuales están el té y el café, así como cualquier otra bebida que contenga cafeína.

Los espárragos son un ejemplo claro de alimento diurético, al cual podemos recurrir cuando queramos eliminar más líquidos de los normales, como el caso de ingestión excesiva de tóxicos o proteínas.

La diuresis forzada puede ser muy útil si está bien controlada, ya que así depuramos el organismo, pero no hay que olvidar beber agua después para compensar estas pérdidas.

Alcohol

El alcohol, a pesar de contener agua, no es un medio para apagar la sed sino todo lo contrario y prueba de ello son los efectos de la resaca, durante la cual se siente una gran necesidad de agua por muchos litros de alcohol que hayamos tomado antes.

Los alcohólicos, por tanto, suelen ser personas perennemente deshidratadas ya que mitigan su sed con un nuevo consumo de alcohol, en la creencia de que su apetencia imperiosa de alcohol está producida por la drogadicción, cuando la mayoría de las veces es solamente una necesidad de agua lo que su cuerpo necesita.

Si es usted una de esas personas que le gusta beber y dice que no puede dejarlo, la próxima vez cambie su vaso de vino por uno de agua, su síndrome de abstinencia desaparecerá en seguida.

Aire acondicinonado

El aire acondicionado también es un factor más que contribuye en verano a que la gente padezca sed crónica, ya que absorbe humedad y llega a resecar el ambiente extraordinariamente.

Para comprobarlo no tiene nada más que conectar su aparato en invierno cuando los cristales de su cuarto estén empañados de vapor.

Al cabo de pocos minutos el vaho habrá desaparecido, tal es la apetencia de humedad del aire acondicionado.

Si, además de trabajar usted en un ambiente acondicionado, suele beber café o alcohol, estará condenado a una pequeña deshidratación continua y peligrosa.

No se extrañe pues si padece con frecuencia de los renales, hipertensión arterial, varices y piel con arrugas prematuras.

Sol

El sol produce deshidratación cuando todos los días de sus vacaciones puede tostarse bajo el sol.

Si así lo hace, los fabricantes de cremas antiarrugas se seguirán haciendo ricos con personas como usted.

Falta de agua

También existen otras maneras de padecer falta de agua, como es el hecho de dar a los lactantes leches preparadas con una concentración de polvo mayor de la recomendada, por aquello de que le alimente más, hacerles papillas muy concentradas, tomar los sobres de Biomanán disueltos en poca agua, beber zumos muy purificados sin restos de fibra (a cual evita que el líquido se expulse rápidamente), poner se prendas con tejidos sintéticos que no transpiran, usar productos para eliminar el sudor de las axilas y de los pies (las dos partes de nuestro organismo más importantes en eliminación de líquidos), con lo que la disolución de líquidos humorales se ve dificultada y el organismo no demanda nueva cantidad de agua, o beber agua de lluvia, la cual no contiene sales minerales (ya que éstas se incorporarán al filtrarse por la tierra) y no se fija en el plasma.

Deporte

El agua es también imprescindible para lograr buenas marcas deportivas y no puede ser sustituida por ningún otro líquido, mucho menos si éste contiene alcohol, como es el caso de la cerveza.

Sin la presencia del agua el organismo del deportista se ve imposibilitado para eliminar la gran producción de calor generada y tanto el proceso energético como el depurativo se ven seriamente afectados.

Hay que beber agua abundantemente antes del ejercicio, y si éste si es muy prolongado ( con una pizca de sal) , durante y después para reponer las pérdidas de sales.

No existe inconveniente en que los deportistas tomen suplementos de minerales para cubrir sus pérdidas por el sudor, pero hay que tomarlos muy diluidos en agua y para ello hay que seguir al pie de la letra las recomendaciones de sus fabricantes o incluso añadir el doble de agua recomendada.

La temperatura del agua es mejor que sea ambiental y nunca con hielo, ya que la absorción se realiza peor cuando está demasiado fría.

También es útil el realizar previamente algunos enjuagues por la boca antes de tragársela, ya que así la ponemos a la temperatura corporal y comenzamos a absorberla a través de la mucosa bucal.

Aquellos deportistas que tienen por costumbre mitigar la sed mediante jarras de cerveza o vasos de vino, deberían saber que de esta manera acrecientan su problema, ya que el alcohol bloquea la liberación de la hormona antidiurética, HAD, la cual es imprescindible para regular la cantidad de agua corporal y la proporción de sales minerales.