Alcachofa

La alcachofa depura el organismo.

Cocina

Para conservar las enormes riquezas que contienen las alcachofas es preciso comerlas crudas o en estofado.

El único inconveniente es que hay que tomarlas muy bien cocidas, ya que si no pueden dar lugares a gases.

Desde el punto de vista alimentario, la alcachofa es a la vez una verdura constituyente por su contenido en materias nitrogenadas, y energético, por su riqueza en hidratos de carbono.

Propiedades de la alcachofa

Posee propiedades energéticas muy interesantes, aunque apenas conocidas por el público, ya que tiene un buen equilibrio entre sustancias nitrogenadas e hidratos de carbono.

De la alcachofa se extrae un principio amargo, la cinarina, el cual se utiliza ampliamente para fabricar licores, aperitivos y medicamentos para curar las enfermedades hepáticas o biliares.

La alcachofa tonifica la célula hepática, estimula el hígado y refuerza la acción antitóxica del mismo.

Su consumo prolongado contribuye a hacer descender el índice de urea y colesterina de la sangre.

Debido a su acción benéfica sobre el hígado y los riñones, ayuda a purificar la sangre y a fortalecer el corazón.

Debe utilizarse abundantemente en casos de insuficiencia hepática o renal, sobrecarga o congestión del hígado, presencia de cálculos, intoxicaciones y trastornos de la sangre.

Absténganse de tomarla las mujeres en período de lactancia porque disminuye la secrección láctea.

Merced a sus vitaminas A y B, favorece la asimilación de los alimentos, y el equilibrio nervioso, y actúa beneficiosamente sobre las glándulas endocrinas.

Es sin duda la presencia de la vitamina A asociada a los principios que influyen en la función hepática, lo que hace de la alcachofa un remedio de las infecciones intestinales (diarreas, etc.).

Nutrición

Esta flor es muy rica en calcio, fósforo y hierro, siendo además útil por su buen efecto diurético, mucho más si extraemos solamente su jugo.

Beneficios

Su uso prolongado se recomienda para tratar las enfermedades hepáticas, para purificar la sangre, descongestionar los riñones de ácido úrico y fortificar el corazón.

Regula así mismo el funcionamiento de las glándulas endocrinas, especialmente el páncreas, contribuyendo a la curación de la diabetes.

Equilibra el sistema nervioso y combate las infecciones intestinales.

Se recomiendan en casos de celulitis, albuminuria de la embarazada, arteriosclerosis, diarrea, disentería, eccemas, gota, hemicránea, hipertensión, picores, psoriasis y para quitar la costra láctea de los niños.

Remedios

Con las hojas se prepara una tisana muy eficaz para combatir todos los trastornos hepáticos.

Calcular, para ello, una hoja o una cucharadita de hojas cortadas por taza, dejar hervir diez minutos y en infusión un rato. Tomar una taza antes de cada comida.