Espinacas

Las espinacas deben consumirse preferentemente crudas.

Cocina

Las espinacas son una excelente guarnición de la sopa de pescado y combina muy bien con las setas crudas y las aceitunas negras.

Cociéndola en abundante agua y escurriéndola después, los principios esenciales se pierden con el agua y el producto resultante no es más que el esqueleto celulósico de la planta.

La cocción, por lo tanto, no es recomendable, ni siquiera en estofado, ya que también en este caso tienen lugar algunas transformaciones, y además una concentración excesiva de principios nutritivos asociada con la destrucción de los elementos energéticos (o elementos vivos) y constituye siempre un error.

Si la cocemos es mejor que tiremos el agua resultante y nos comamos solamente las hojas, aunque de esta manera solamente podremos aprovechar su componente celulósico y apenas quedarán sustancias nutritivas.

Solamente cruda la espinaca puede liberar todos sus principios útiles.

Al principio, su sabor puede parecer raro, y por ello conviene ir la introduciendo poco a poco en las ensaladas.

Más adelante, cuando esté habituado a su sabor, haga de ella un plato individual aderezándola con aceite de oliva y una cantidad muy pequeña de sal marina.

Propiedades de las espinacas

Podemos confiar plenamente en las espinacas en caso de necesidad de hierro y ferritina, así como de otras muchas sustancias tales como sodio (alcalinizante), cal (para los huesos y los músculos),  arsénico (fortalecedor), mucilagos (para las mucosas y las articulaciones),  hidratos de carbono (energéticos) y yodo.

Todo ello, junto con el hierro, es fácilmente asimilado por el organismo merced a la saponina de la espinaca.

Beneficios

Además de su efecto para la anemia, es útil como laxante, mejora las defensas del organismo en caso de infecciones, ayuda a curar las heridas, forúnculos y llagas, siendo por tanto un buen alimento para niños, ancianos y embarazadas.

Nutrición

Aunque es pobre en principios nutritivos, la espinaca es muy rica en otras sustancias minerales, entre las que destacan el hierro en forma de ferritina (lo cual asegura su absorción total aunque la cantidad ingerida sea poca), calcio, arsénico, mucilagos para lubricar mucosas y articulaciones, y yodo igualmente asimilable a causa de la presencia de saponinas.

Para que la espinaca pueda llegar a curar una anemia ferropénica hay que consumirla cruda y nunca cocida, ya que así libera el hierro, el cual se oxida y da lugar a la formación de oxalatos no digeribles quizá tóxicos.

La saponina actúa facilitando la secreción de los jugos digestivos y activando la absorción de determinadas sustancias (como las sales de cal) por parte del intestino.

Estas virtudes remineralizantes se ven además incrementadas por la abundante clorofila de la espinaca, a la que ésta debe también sus poderes aceleradores de la energía del músculo cardíaco, regeneradores de la sangre y tróficos (estimulantes de la nutrición).