Lechuga

 

La lechuga se conoce como hierba de los sabios y de los filósofos.

Cocina

La lechuga puede consumirse en ensaladas sazonadas con aceite de oliva, zumo de limón, un poco de sal marina y algunas plantas aromáticas como el estragón, perifollo, etc.

Se puede añadir también a las sopas y prepárese en estofado con cebollas.

Propiedades de la lechuga

Jamás insistiremos lo suficiente sobre el valor de las verduras de hoja verde, pero en el caso de la lechuga no es necesario insistir, ya todo el mundo reconoce su riqueza en vitaminas A, B, C y E.

La lechuga contiene gran cantidad de celulosa, pero hace poco se ha demostrado que gran parte de esta celulosa es asimilada por el intestino, mientras que la parte restante asegura la normalidad de las evacuaciones y la revitalización intestinal, combatiendo así enérgicamente el estreñimiento y oponiéndose con igual intensidad a la presencia de irritaciones y fermentaciones provocada por la putrefacción de las sustancias de deshecho.

Nutrición

La lechuga contiene sales calcáreas, ácido fosfórico, potasio, cloro, carbonato de sodio, sales, fosfatos, sulfatos (anhídridos sulfúricos), cloruros, esteroles, caroteno, cobalto, arsénico, yodo, cobre, manganeso, zinc, hierro y magnesio.

Igualmente se ha descubierto en ella lactucario, sustancia cuyos efectos son semejantes a los del opio, estando exentos de los inconvenientes como la toxicidad, inhibición de los centros nerviosos, estreñimiento, etc.

El lactucario es la sustancia responsable de las virtudes calmantes de la lechuga, por las cuales se recomienda ésta en casos de incontinencia de orina, insomnio, espasmos viscerales o genitales, dolores neurálgicos, palpitaciones, tos nerviosa, espermatorrea, tosferina y excitación nerviosa o sexual.

La presencia de lactuario hace que el consumo de lechuga deba realizarse con producencia, ya que es un componente hipnótico altamente activo y puede dar lugar a somnolencias en personas que conducen vehículos o que necesitan simplemente estar activos.

Por tanto, es mejor consumirla solamente a la hora de irse a dormir.

Este principio activo similar al opio, puede utilizarse con beneficio en personas altamente excitables, que padezcan dolores neurálgicos, palpitaciones cardíacas, tos nerviosa incontrolable o espasmos viscerales.

Otro componente altamente interesante son los esteroles, sustancias precursoras de las hormonas sexuales, siendo por tanto recomendable para todas aquellas personas que quieran dar un nuevo empuje a sus glándulas endocrinas.

Beneficios

Combate la acidez sanguínea, activa la diuresis, limpia los intestinos, regula la tensión arterial y es un buen aperitivo.

Las propiedades calmantes y diuréticas de la misma aconsejan también su empleo para curar tanto la retención como la incontinencia de la orina.

Remedios

El caldo de lechuga que se prepara hirviendo 60 gramos de hojas en un litro de agua a fuego muy lento durante una hora, puede beberse a voluntad en el tratamiento del insomnio, el estreñimiento, la congestión del hígado o la ictericia.

El mismo caldo constituye la mejor de las lociones para combatir el acné.

Las hojas de lechuga, cocidas con un poco de aceite, se emplean muy eficazmente como cataplasmas sobre forúnculos, abscesos y quemaduras.

Aplicadas sobre los ojos favorecen la curación de los procesos de oftalmia.

Los casos de oftalmias agudas, están indicados los baños y lociones de ojos con una decocción de semillas en agua, a razón de una cucharadita por taza, déjense hervir las semillas durante algunos minutos.

También con las semillas, y en la misma dosis se prepara una tisana calmante y depurativa, de utilidad en el tratamiento de la pleuresía y el asma.

Como puede verse, todo es aprovechable en esta planta y no hay que lamentarse por tanto de que la lechuga se haya espigado o emitido semillas.