Berros

La ingestión diaria del jugo de berros puede curar la bronquitis crónica y la tos rebelde, y ayuda a mejorar la tuberculosis pulmonar.

Propiedades de los berros

El berro es pródigo en muchas sustancias beneficiosas como hierro, calcio, fósforo, arsénico, manganeso, cobre y zinc, además del azufre, siendo este último el que le hace útil para combatir afecciones del aparato respiratorio, sobre todo aquellas que cursan con gran cantidad de mucosidad.

Estas sales minerales le otorgan propiedades remineralizantes y antianémicas, de las que deben beneficiarse los enfermos de anorexia, astenia, debilidad, linfatismo y anemia.

El berro es muy rico en calcio (117 mg.) y fósforo (76 mg), además de ser un componente normal en nuestras ensaladas conteniendo también cantidades importantes de vitaminas E, A, B1, y B2.

Su papel desinfectante es similar a la penicilina, por lo que resulta interesante aplicarlo en cualquier tipo de infección.

Cualidades

Algunas de las cualidades medicamentosas de los berros, son la curación de fatiga crónica, la inflamación de los ganglios linfáticos, los cálculos renales, el eccema, la diabetes y la retención de orina, salvo en los casos en que exista una seria infección que no aconseje la diuresis.

Reputación

La reputación del berro se conserva intacta desde tiempos muy antiguos, habiendo salido victoriosa incluso frente a los recientes descubrimientos científicos.

Además de esta excepcional riqueza en vitamina C, el berro contiene importantes cantidades de vitaminas A, B, y B12, E y PP, así como ese preciosos elemento, el caroteno que confiere a la zanahoria gran parte de su valor medicinal.

Cultivo

La variedad cultivada tiene una composición química muy semejante a la de la variedad silvestre, pero siempre es preferible utilizar esta última en razón a las mayores garantías de pureza que ofrece.

Los berros cultivados debe lavarse a conciencia para eliminar los restos de productos químicos que pudiera contener.

Las matas que crecen en agua corriente son las de mayor pureza.

Beneficios

Un precioso tesoro que encierra esta planta es su conjunto de aceites sulfurados susceptibles de modificar favorablemente las mucosas del aparato respiratorio en casos de catarros pulmonares, bronquitis (sobre todo con abundantes expectoraciones mucopurulentas), tos rebelde, tosferina e incluso tuberculosis.

Tratamiento

Para el tratamiento de todas estas enfermedades se aconseja la ingestión diaria de 60 a 150 g de jugo de berro, mezclado con caldo frío o ligeramente tibio.

Este mismo jugo, que se obtiene triturando las hojas, previamente arrugadas, en una licuadora, parece dar también buenos resultados como vermífugo.

Por sus poderes tónicos, depurativos y diuréticos, se considera también depurativo del estómago y el hígado y se recomienda en casos de hidropesía, cálculos y enfermedades de las vías urinarias, eccemas y enfermedades de la piel, diabetes, sarna, dolores de oídos y retención de orina.

Para la cura de todas estas dolencias debe consumirse abundantemente en forma de ensalada, completando esta, si fuera posible, con jugo de la misma planta.

Para vencer la retención de orina, mézclese el jugo a partes iguales con aceite de oliva.

Uso externo

El berro favorece la repoblación del cabello (aplicando el jugo sobre el cuero cabelludo), acelera la cicatrización de las úlceras y las heridas átonas (aplicando las hojas frescas picada) y fortalece las encías (masticándolo).

Experimentos

Señalar que el extracto de berro detiene el desarrollo de los procesos cancerosos provocados experimentalmente en ratas y ratones y que un solo gramo de berro al día es suficiente para proteger del escorbuto a una cobaya sometida precedentemente a un régimen escorbutígeno.