Cebolla

La cebolla se debería incluir en todas las comidas, bien sea en ensaladas, platos cocinados o sopas.

Historia de la cebolla

Perteneciente a la familia de las Liliáceas, es oriunda de Persia y de características similares al ajo, siendo muy significativo el que en las zonas donde se cultiva y consume ya que sus habitantes suelen alcanzar con facilidad el centenario.

En todas las regiones donde llegar a centenario no constituye un caso excepcional, la cebolla suele constituir uno de los principales ingredientes de las comidas, sazonada con sal gruesa y acompañada de pan.

Es de resaltar que estos centenarios, especialmente numerosos en la Europa Central donde más cebolla se consume, están generalmente exentos de enfermedades reumáticas y no parecen afectados de decrepitud.

Consumo

La cebolla es mejor consumirla cruda o sacarle su jugo para aprovechar todas las virtudes y preservar sus inestimables diastasas y oxidasas que el calor esteriliza, pero solamente en los casos de poseer un estómago fuerte, ya que si no es así, es mejor tomar su caldo hervido.

Quienes no toleran la cebolla cruda, deben hervirla a fuego muy lento.

La cocción es también muy perjudicial para la conservación de las esencias que dan el sabor, tan apreciado por el paladar.

No es difícil acostumbrarse a la cebolla, al principio su picor puede atenuarse aderezándola con aceite de oliva o mantequilla, e incluso, quienes no la toleran deben dejarla macerar durante algunas horas en aceite de oliva.

Composición

En su composición, se encuentran cantidades importantes de vitaminas A, B y C , así como azufre, fósforo, silicio, calcio, yodo, etc.

El azufre es antiséptico de la sangre, regenerador del sistema nervioso, curativo de la piel y el sistema piloso.

El fósforo favorece el trabajo cerebral.

El silicio solidifica los huesos y flexibiliza las arterias.

El calcio fortalece el esqueleto y los músculos.

El yodo contribuye al equilibrio glandular, la estimulación del sistema defensivo del cuerpo humano y el incremento de los intercambios celulares.

Propiedades

Junto al ajo, la cebolla es quizás el alimento que más propiedades y aplicaciones medicamentosas posee.

Sabido es que las infecciones se propagan sobre todo en medios ácidos, de ahí que la cebolla con sus sales de sodio y potasa, sea un regenerador de las bases y contribuya a la alcalinización de la sangre y los humores, aumentando el poder de defensa de los mismos contra cualquier invasión tóxica.

Provoca también la eliminación de cloruros, resolviendo así muchos edemas, ascitis y cualquier otra retención de líquidos, siempre y cuando las funciones hepáticas y renales no estén demasiado disminuidas.

Se comprenderá por tanto, que la cebolla puede reunir tan interesantes propiedades, a las que cabe añadir las de facilitar el sueño y contribuir a una buena digestión de las materias harinosas como las lentejas, habas, judías, etc.

Beneficios

Mezclada con ajo, zanahorias y rábanos se logra potenciar su efecto expectorante, por lo que resulta de interés para combatir las enfermedades broncopulmonares que cursan con abundante producción de moco.

Combinada con carnes y pescados, contribuye a eliminar las toxinas que liberan estos alimentos, entre los que no faltan el ácido úrico y los nitritos.

Junto a las frutas ácidas, disuelve la albumina de los alimentos evitándose así fermentaciones y gases.

Descongestiona los ganglios linfáticos, contribuyendo al equilibrio glandular, a la estimulación del sistema defensivo y al aumento de los cambios celulares.

Es un buen regenerador del sistema nervioso y cerebral, mejora la flexibilidad de las arterias colapsadas por la arteriosclerosis, puede utilizarse como afrodisíaco en casos de estrés, es útil para mejorar la fecundidad en las mujeres, descongestiona el hígado después de una borrachera y limpia la piel de impurezas y pecas, así como favorece la curación de varices y hemorroides.

La cebolla es un potente antirreumático y no hay nada que la supere para facilitar la eliminación del ácido úrico.

Diabetes

Recientes observaciones científicas han confirmado las propiedades de la cebolla en el tratamiento de la diabetes.

La presencia de la glucoquinina la confiere una propiedad altamente interesante, como es la de rebajar la tasa de azúcar en sangre con una eficacia similar a la insulina, aunque no llega a sustituirla sino a estimular la función pancreática deprimida, provocando entonces un aumento de la secreción de insulina orgánica.

La presencia de azúcares largamente criticada por los médicos para prohibir en casos de diabetes, está infundada, ya que los azúcares que posee son directamente asimilables.

Aparentemente, la acción de esta verdura es comparable con la de la insulina (efectos hipoglicemiantes) pero en realidad, el descenso del índice de azúcar en la sangre no lo provoca la cebolla en sustitución de la secreción pancreática como lo hace la insulina, sino estimulando por la glucoquinina que contiene el órgano mismo y haciéndole reemprender su actividad interrumpida o adormecida.

Resulta pues irónico que algunos autores prohíban la cebolla a sus pacientes diabéticos, con el pretexto de que ésta contiene azúcares, ya que estos azúcares, que por otra arte otorgan al bulbo propiedades levemente laxantes, no perjudican al diabético en absoluto, ya que se trata de azúcares vivos y directamente asimilable.

Próstata

Otra propiedad confirmada por experiencias científicas es la de actuar eficazmente sobre la próstata cuando el funcionamiento de esta glándula se encuentra alterado.

En la actualidad la prostatitis se trata con extractos de cebolla, que aumentan la secreción glandular y actúan favorablemente sobre todo el sistema urinario.

Estas esencias, que son muy volátiles, constituyen un notable desinfectante natural y son eliminadas por los riñones una vez que los han estimulado.

Remedios

En la terapéutica naturalista existen mil formas de prepararla.

En caso de gripe, dejar macerar dos cebollas picadas en un litro de agua, tomar un vaso de ésta maceración entre las comidas y otro vaso al acostarse, la duración de esta cura debe ser de una, dos o tres semanas.

En caso de diarrea, hervir durante diez minutos un buen puñado de mondas de cebolla en un litro de agua y tomar la decocción como bebida repartida en uno o dos días.

Para la cura antireumática, hervir tres cebollas, picadas y sin pelar, en un litro de agua durante 10 o 15 minutos, tomar un vaso de ésta decocción colada por la mañana en ayunas y otro al acostarse.

En la faringitis o afonías rebeldes, mezclar su jugo con agua y realizar gargarismo varias veces al día.

En la caída del cabello, frotarla sobre las zonas que se están quedando calvas.

Mezclada con limón y manzana se obtiene un poderoso medicamento para curar trastornos de estómago, intestinos y hepáticos.

Picada y tomada con caldo o leche, o extendida sobre rebanadas de pan untadas con aceite o mantequilla es un remedio especifico de la urea, ingiriéndola en dosis de 3 a 4 cucharaditas diarias.

La cebolla aplicada los ojos, mejora las afecciones oculares, tales como la fatiga visual, cataratas, miopía,

Mezclada con el perejil, la conjuntivitis.

La cebolla cruda es un buen remedio para combatir las lombrices.

Otra de las propiedades de la cebolla que no conviene olvidar, es el potente efecto hipnótico, el cual llega a curar el insomnio más rebelde, mucho más si la mezclamos con la lechuga, siendo éste el motivo por el cual no recomendamos que se tome al mediodía.

Si la falta de sueño es un problema serio y difícil de resolver, podemos añadir un poco de tomillo y queso rallado a la ensalada y el efecto llegará en pocos minutos.

El consumo de la cebolla esta indicado también para combatir el raquitismo, el linfatismo, la tuberculosis, las enfermedades de la piel y la obesidad.

Uso externo

En uso externo la cebolla rinde múltiples servicios.

Tiene buenas propiedades basadas principalmente en su capacidad desinfectante y mezclada con miel, se puede aplicar en forma de cataplasmas en los abscesos, los cuales supuran al poco tiempo.

Cortada en dos e inhalada, detiene con frecuencia las crisis de nervios.

Cuando una persona presente síntomas de congestión, deben frotar las sienes con cebolla y después picar un kilo entero de cebolla crudas y colocar en los pies.

Este cataplasma, debe dejarse puesta entre 8 y 10 horas, es igualmente eficaz para combatir cualquier trastorno congestivo de la mitad superior del cuerpo.

Esta misma cataplasma aplicada sobre el bajo vientre, facilita la emisión de orina en casos de retención total o parcial.

Mezclada con un poco de sal marina, puede aplicarse sin ningún temor sobre las quemaduras.

Complementada con cataplasmas de arcilla, se utiliza igualmente para hacer desaparecer las verrugas.

Y en casos de picaduras de insectos, frotar la parte irritada con un trozo de cebolla, el efecto es rápido y seguro.

Para hacer un apósito antiséptico ligero y fácil de retirar, no hay mejor solución que aplicar directamente sobre la herida, la cortadura o la quemadura a tratar, colocando encima un trozo de gasa y cubrir el conjunto con una venda.

El apósito preparado de esta forma, está totalmente exento de impurezas y gérmenes nocivos.