Diente de león

El diente de león es un remedio muy activo contra los cálculos biliares y contra la falta de apetito.

Cocina

El diente de león es uno de los grandes olvidados en nuestra alimentación, por más que sea nutritivo y de grato sabor en las ensaladas.

Combina muy bien con las ensaladas, con las cebollas y los champiñones, siendo muy rico en potasio y magnesio.

Incluso entre quienes aprecian esta planta, hay muchas personas que desconocen totalmente sus virtudes culinarias y en gran medida también la amplitud de su acción terapéutica.

El diente de león cocido con aceite de oliva, cebolla y setas resulta delicioso y muy nutritivo, aunque es preferible tomarlo crudo en ensaladas.

En algunas regiones es costumbre prepararlo mezclado con puré de patata, pero esta mezcla es aún más acertada si se le añade cebolla muy picada.

Propiedades del Diente de León

Las propiedades del diente de león tampoco han pasado desapercibidas para la taraxacoterapia (o terapéutica por el diente de león, planta cuya denominación científica es Taraxacum dens leonis).

Entre ellas es bien conocida la de actuar sobre las funciones hepáticas, ayudando a su restablecimiento por el aumento que provoca de la secreción biliar.

Los principios benefactores de la raíz puede aprovecharse en todo tiempo, ya que ésta se conserva seca muy bien.

Sin embargo, las hojas y los botones florales debe utilizarse preferentemente frescos.

La cura de diente de león se impone en todos los casos de dermatosis y celulitis originados por un funcionamiento defectuoso del aparato hepatobiliar, el exceso de colesterol en la sangre, la emisión de orina pigmentada y en general, ante cualquier síntoma de presencia de impurezas en la sangre.

Beneficios

Se tolera perfectamente bien por los estómagos más delicados y contribuye a restablecer las funciones hepáticas y biliares deprimidas, corrigiéndose así sus consecuencias negativas, como es la celulítis, el colesterol y las malas digestiones.

Nutrición

Debido a que su contenido en potasio le confiere propiedades diuréticas, la acción del diente de león es como un detergente del filtro renal y secante de la esponja hepática.

Por su riqueza en manganeso activa la hipófisis, el hígado, y los riñones, y contribuye a la formación de los huesos, los ligamentos y la piel.

La clorofila de la planta verde otorga al diente de león importantes propiedades cicatrizantes, en especial de las úlceras y demás heridas internas.

El jugo del diente de león, que debe ingerirse recién exprimido y en cantidades tan importantes como sea posible, actúa rápida y muy eficazmente sobre la sangre, depurándola y enriqueciéndola con el hierro que contiene.

El caldo se prepara hirviendo a fuego lento tres o cuatro buenas matas en un litro de agua hasta la reducción a un tercio, que se beberá durante los siguientes veinticuatro horas.

Esta reparación está también muy indicada ante la presencia de sangre en los esputos.

Remedios

Se recomienda la decocción de los tallos florales para limpiar los ojos y hacer desaparecer las manchas de la córnea.

Posee una buena acción cicatrizante de las llagas y ulceraciones internas, elimina los esputos de sangre internos y activa la glándula hipófisis, con lo que mejoran todas las demás.